¿Qué es el método Ikigai y cómo funciona?
Determinar el verdadero sentido de la vida. Descubrir nuestra razón de ser. Elegir nuestro lugar correcto en el mundo. Descubrir nuestra verdadera pasión, nuestro cometido esencial.
Estas ideas son la base sobre la que se asienta la filosofía del método Ikigai. Según la cultura nipona, cada persona tiene su propio Ikigai, su propia pasión vital o razón de ser. Por lo tanto, la misión en la vida es encontrarlo y ponerlo en práctica para ser feliz. Sin embargo, esta tarea no es nada sencilla y requiere de un trabajo de profunda y sincera reflexión.
El método Ikigai, muy practicado en orientación académica y laboral, establece un sencillo procedimiento para poder acercarnos a esta revelación interior, a esta Verdad. Para ello, nos centramos en 4 pilares fundamentales o estaciones:
- Aquello que amo
- Las cosas que puedo aportar al mundo
- Por lo que puedo ganar dinero
- En lo que soy bueno
Ahora representemos cada una de estas estaciones con un círculo, e incluyamos en ellos los elementos que los definen. Donde coinciden las estaciones de lo que amo y en lo que soy bueno, se revela nuestra PASIÓN. Por su parte, en la unión de aquello por lo que puedo recibir dinero y en lo que además soy bueno, estaría la PROFESIÓN. Aquello por lo que me pueden pagar y que además necesita el mundo, indica nuestra VOCACIÓN. Y por último, la unión de lo que amamos y lo que el mundo necesita responde a nuestra MISIÓN.
El punto en el que confluyen todos estos círculos o estaciones, es el llamado Ikigai, la razón de ser de cada uno de nosotros. Por tanto, podría decirse que el Ikigai es el lugar donde se únen vocación, profesión, pasión y misión de cada persona en el mundo.
La aplicación del método a la orientación académica y profesional
Como puedes ver, si ha llegado el momento clave de decidir tu carrera y tu futuro profesional, el método Ikigai te puede ayudar a llegar hasta el corazón de esa pasión que da sentido a tu vida y que quizás aún no has descubierto.
Y para que puedas familiarizarte con esta herramienta, pongamos un sencillo ejemplo:
En la primera estación, la que tiene que ver con las cosas que más me gustan, podemos incluir aspectos como leer, hacer montañismo o viajar. En el segundo círculo, aquello que puedo aportar al mundo, podríamos incluir el voluntariado o las actitudes relacionadas con el cuidado del medio ambiente. Una tercera estación sería aquella en la que definimos qué cosas sé hacer y por las que puedo ganar dinero. Algunos ejemplos serían nuestra capacidad para el diseño gráfico, la fotografía o ciertas habilidades culinarias. Por último, el cuarto círculo tendría que ver con aquello en lo que soy realmente bueno, como mi capacidad para la oratoria, la organización de eventos o la resolución de conflictos.
Como decíamos, el Ikigai es aquel punto en el que las cuatro estaciones se encuentran en equilibrio. Al final, el objetivo es decantar nuestra vida hacia aquello que puede convertirse en una Profesión que se asienta en una Vocación, que apunta a una Misión y que, a la vez, la llevamos a cabo con Pasión.
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