El informe PISA destaca la adaptación del alumnado español a un mundo interconectado

Aunque las notas de España en las pruebas PISA han mejorado en los últimos tiempos, no puede decirse que sea un país precisamente aventajado. En Ciencias y en Matemáticas están por debajo de la media de la OCDE. Sin embargo, esta prueba también mide otras capacidades. El alumnado español ha sacado nota en la adaptación a un mundo interconectado. Sin duda se trata de una habilidad con mucho futuro que puede convertirse en una gran ventaja competitiva.

Este dato se ofrece en un volumen que se ha publicado recientemente, el Volumen VI del Informe PISA 2018. Este documento se centra en analizar las habilidades y capacidades de las y los estudiantes para adaptarse al espacio global. Veamos cómo se ha evaluado esta habilidad y qué puede aportar al bagaje profesional cuando se incorporen al mundo laboral.

Adaptarse a un mundo interconectado, nota en una de las competencias globales

Las plantillas de las empresas cada vez están más diversificadas. Ya no solo las grandes, sino también las medianas y pequeñas compañías trabajan muchas veces en un espacio internacional. Además, en los últimos tiempos está creciendo exponencialmente la economía social. Conscientes de estas tendencias, el Informe PISA ha aprovechado para evaluar también competencias menos clásicas pero que van a desempeñar un papel fundamental en el desarrollo del futuro. Las ha denominado competencias globales. Estas están relacionadas con la capacidad de analizar cuestiones internacionales, comprender las perspectivas propias de distintas zonas geográficas e interrelacionarse con ellas de una manera efectiva, así como poder participar en acciones comunes que tengan en cuenta un desarrollo sostenible.

Pues bien, en competencias globales, el alumnado español se sitúa en el sexto puesto de los 27 territorios que componen la OCDE. Su puntuación ha sido de 512 puntos frente a los 499 de media de los países de la OCDE. Es sin duda un lugar destacado desde el que se puede potenciar una fuerza laboral preparada para sobresalir en el ámbito internacional. Es más, en alguna de ellas ocupa el primer lugar, como en mostrar respeto por otras culturas.

Esta actitud favorece no solo el entendimiento sino también el aprendizaje y, por tanto, el desarrollo. Insistir desde las instituciones educativas en estas fortalezas repercutirá positivamente en el crecimiento de la población activa del futuro y les aportará una ventaja competitiva en un mundo interconectado.

Adaptación al cambio, una de las habilidades más demandadas

Con la llegada de la pandemia, una de las habilidades que más se están demandando en el entorno laboral es la de adaptación al cambio. Esta destreza ha representado un papel fundamental a la hora de afrontar imprevistos y mantener la actividad lo más estable posible. Nadie sabe qué nos depara el futuro, pero ahora más que nunca somos conscientes de que todo puede cambiar en cuestión de días. Y, además, las repercusiones pueden ser globales.

Volviendo al Informe PISA, según las conclusiones del mencionado Volumen VI, el alumnado español ha puntuado significativamente por encima de la media en otra de las habilidades globales: la adaptabilidad cognitiva. Esta habilidad está íntimamente relacionada con la adaptación al cambio, pues, tal como lo define el Informe, se trata de amoldar el pensamiento y el comportamiento no solo a otros entornos culturales sino también a los contextos novedosos.

En definitiva, hablamos prácticamente de la misma habilidad. Esta puede ser considerada otra de las ventajas competitivas de los futuros trabajadores y trabajadoras en un mundo interconectado.