Aunque es siempre muy útil planificar con tiempo tus actividades y tus obligaciones, para un estudiante lo es mucho más. Se trata de una actividad muy agotadora y estresante cuya recompensa, a diferencia del trabajo o el ocio, no es inmediata.
Cuando estamos en una situación de gran estrés tendemos a pensar en túnel y de forma cortoplacista. No hay apenas espacio mental para dedicarlo a reflexionar sobre el hecho de si es realmente provechoso que dediquemos el tiempo a lo que estamos haciendo en ese momento. O para estar pendientes de aquellas otras tareas, igual o más importantes a las que podemos estar robando atención.
Precisamente por eso es importante la organización de nuestro tiempo. Así, antes de que nos consuman las obligaciones diarias y se acerquen los días críticos, podrmos distribuir de forma lógica y provechosa nuestro tiempo.
Aquí es donde entra la agenda de estudios. No es importante si prefieres usar una agenda virtual o la clásica agenda de papel, depende de cómo te sientas más cómodo y te sea más útil.
Antes que nada, debes pensar en qué tipo de agenda se adapta mejor a ti, a tus gustos y a tu nivel de pericia con la tecnología. Opciones no te van a faltar:
Una vez tienes elegida el tipo de agenda, llega el momento de organizarte. Aquí van algunas guías.
El mayor enemigo de una persona atareada es la procrastinación. Y no hay método de procrastinación más difícil de identificar que dedicar largas horas a organizar una agenda con bonitos colores. O a buscar el mejor software en Google, ese que nos va a permitir el uso más eficiente de nuestro tiempo.
La idea principal de usar una agenda de estudios es que el tiempo no te falte. Sería una gran contradicción que poner en práctica todos estos consejos se convirtiera en un ladrón de tiempo.
Como preferencia, usa métodos y aplicaciones que ya conozcas y con los que estés familiarizado. Incluso aunque no te parezcan óptimos.
Síguenos en nuestras RRSS
Lo más leído
Contenido relacionado
22 de agosto de 2023