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Podólogo

Rocío Galán

16 de febrero de 2017

Los pies son el soporte donde se asienta el cuerpo humano. Su cuidado y tratamiento está en manos del podólogo, una figura cada vez más importante en la sociedad debido a ciertos hábitos de vida y determinadas profesiones que están haciendo que cada vez más personas recurran a los servicios de estos profesionales sanitarios. Además, si te interesa esta profesión, debes saber que la podología española se encuentra a la cabeza de la Comunidad Europea.

Podólogo
Foto: cómo llegar a ser podólogo

¿EN QUÉ CONSISTE LA PROFESIÓN?

¿Sabías que el tratamiento del pie se remonta al Antiguo Egipto? El faraón Amenofis IV tenía servidores que se dedicaban específicamente a la atención de sus pies, conscientes de la importancia del cuidado de esta parte del cuerpo.

El podólogo es el profesional sanitario que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades o malformaciones del pie, además de la prevención de las mismas. A través del estudio del pie también puede descubrir otras enfermedades graves que tengan origen en otra parte del cuerpo. Para ello, debe tener profundos conocimientos del cuerpo humano en general.

¿Qué funciones lleva a cabo un podólogo? Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en un podólogo es que se encarga de las afecciones  de la piel como las callosidades y durezas. Pero lo cierto es que su labor es mucho más compleja, abarcando diversos campos de actuación como el tratamiento del pie doloroso, pie reumático, la realización de plantillas a medida, el estudio de la marcha, el pie diabético, las infecciones del pie e incluso la cirugía en casos por ejemplo de deformidades del pie, uñas encarnadas, etc. Además, el podólogo es, junto con el médico y el odontólogo, el único profesional que puede recetar medicamentos, por lo que también se ocupara, en función del caso, de llevar a cabo tratamientos farmacológicos.

Los campos profesionales y especialidades del podólogo son numerosos, por lo que las salidas laborales son amplias y puedes especializarte en la que más te guste. Una especialidad muy importante es la podología deportiva, pues estos profesionales se mueven frecuentemente en el campo debido a la necesidad de un buen estado físico de los deportistas y la frecuencia de aparición de lesiones. Otras especialidades son la podología geriátrica, pediátrica, reumática, laboral, etc.

¿CÓMO PUEDES FORMARTE?

formarte para ser podólogoSe trata de una de las únicas (junto al odontólogo) ramas médico sanitarias que no requieren estudios previos de medicina ni enfermería.

Pero, debido a que se ocupa de la salud de las personas, sí que se trata de una profesión regulada (Ley 44/2003, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias) cuya habilitación se obtiene a través de una titulación universitaria, y además debes estar colegiado en el Colegio Profesional de Podólogos de la Comunidad Autónoma donde vayas a trabajar. Por tanto, si quieres convertirte en podólogo, debes estudiar el Grado en Podología.

Ahora también tienes la opción de estudiar un doble grado, como el Doble Grado en Podología + Fisioterapia o el Doble Grado en Podología + Enfermería, una opción interesante con la que se multiplican las salidas laborales y se amplían los campos de conocimiento. Para especializarte, puedes elegir un Estudio de Postgrado, dependiendo del campo en el que quieras trabajar en el futuro.

SALIDAS PROFESIONALES

Hay que partir de la base de que la podología no es una prestación del sistema público sanitario, por lo que el podólogo no tendrá entre sus salidas laborales la sanidad pública. Por tanto, el trabajo se realiza en el ámbito privado, aunque aún así las salidas siguen siendo numerosas:

• Puedes trabajar en un centro sanitario privado (hospitales y clínicas), bien como empleado permanente o bien ofreciendo tus servicios de forma puntual (lo que te permitirá tener otros trabajos).

• También puedes ser autónomo y tener tu propia consulta o realizar asistencias a domicilio, trabajando por tanto de forma completamente libre.

• Otras salidas son trabajar en centros deportivos, residencias, clubes, o incluso dedicarte a la docencia y a la investigación, pues alguien tiene que encargarse de formar a los futuros podólogos.